Tradicionalmente, cuando finalizaba la cosecha y había sido exitosa, se hacía un asado o locro para festejar el evento. La celebración se acompañaba de vino, bailes, cuecas y gatos y se elegía, entre las vendimiadoras, a la mujer más bonita.
Desde 1936 a la fecha, la elección de una mujer bella, que llamase la atención y representara a los mendocinos en el mundo, se ha vuelto una tradición indiscutible y como tal ha evolucionado junto a la sociedad.
Un punto cuestionado siempre ha sido la edad. Las primeras reinas eran jovencitas de 14, 15 y 16 años. “La edad las limitaba en las actividades, las tenía que acompañar un pariente cuando viajaban. Josefina Di Pietro reina del año 1946, fue coronada con 17 años.
Martha Manzotti, fue coronada con 14 años en 1965, comentó la directora del Archivo Histórico de Mendoza, Elvira Búcolo.
Años más tarde, la edad de las candidatas se estimó entro los 18 y los 25 años. La mayoría de edad les permitió desempeñarse en actividades más libremente. Recién este año, el reglamento fue modificado y se eligió a la primera reina mayor de 25 años. Con 26, Mariana Encina, representante de Maipú lleva los atributos con la edad más avanzada en la historia de las reinas vendímiales.
Pero con la edad también existía el problema de la formación académica. Había reinas que apenas había hecho hasta tercer grado de la primaria. “La formación de las reinas ha cambiado mucho. Antes no tenían ni el secundario, algunas tenían solo hasta tercer grado y nunca más continuaron su educación. Muchos años después el Gobierno se preocupó por capacitar a las soberanas. Hoy se brindan capacitaciones de todo tipo, historia, irrigación, turismo, y vitivinicultura.
Un mito de la historia de Vendimia es que “las primeras reinas eran cosechadoras”. Esto no es así, de hecho, la primera Reina de la Vendimia, Delia Escudero no lo era. “Muchas eran vendimiadoras, no todas. La primera no lo fue. Sí la segunda, Susana Justel, la tercera Ángela Dorigo y la cuarta Brígida Santini.
Las primeras reinas no cobraban un sueldo mensual. “Se les daba como regalo una sola vez 2 mil pesos moneda nacional, que algunas usaban para pagar los gastos de sus casamientos, porque era mucha plata en ese entonces. Hoy en día la reina cobra un sueldo equivalente a una categoría 10 estatal, y la virreina una categoría 8.
En la historia del Valle no se registran mujeres en la actividad vinícola. Esto no quiere decir que no hayan existido. Están en la historia, pero invisibilizadas. De ellas habla una importante cantidad de relatos de mujeres que sabían tratar a sus viñedos como hijos, que entendían de poda, cientos de cosechadoras y productoras.
Se animaron a penetrar en un universo considerado hasta hace poco exclusivo para hombres y hoy marcan el rumbo en algunas de las bodegas más prestigiosas del país.
Hoy son cada vez más las mujeres que se destacan en las distintas regiones vitivinícolas del país. Además de desempeñarse en el área de enología, también trabajan como sommeliers, en los laboratorios de las bodegas, como ingenieras agrónomas y encargadas de turismo, entre otras áreas.
Mujeres del vino
Las mujeres y los hombres tenemos similitudes y también diferencias, por suerte las tenemos, así nos volvemos más compatibles y complementarios, pero tenemos que tener los mismos derechos. Es muy lindo que una empresa pueda tener los dos puntos de vista, sus opiniones, sus atributos y también sus diferencias.
Crecer entre vides
Estos relatos dejan mucha enseñanza y nuestra bodega, “El sueño Vineyard”, te transmite los conocimientos de estas grandes mujeres.
En el mundo del vino, que, sin ser tan relevante, de momento, como el de la política o el de las artes también va ganando enteros. Ha llegado el momento del «enólogos y enólogas», «bodegueros y bodegueras», «vinateros y vinateras» y «vendimiadores y vendimiadoras”
La mujer y el vino
Información del poema.
Autor: Poeta de Cartón (Seudónimo)
Como el buen vino es tu cuerpo ya maduro y terso, añejado en varias cubas que templaron tu coraje tenaz y le dieron ese sabor que perdura tan perfecto en ti y mejora con el tiempo que transcurre en tus venas…
Como el buen vino son tus besos impregnados de amor que me incitan a beberlos y dejarme flotar en nubes etéreas que Dios puso en las uvas y en el sabor de tu boca roja para comprender donde está en paraíso de tus labios tibios …
Como el buen vino brindas la paz a los sentidos sutiles del alma que despiertas cuando abrazas la copa con tus manos suaves y bebemos los dos de la misma copa fría acunada en tus manos que en la penumbra sabe al elixir mágico de los gnomos del bosque …
Como el buen vino es tu cariño que añejado en tu corazón palpita en cada caricia y en cada sorbo que nos envuelve con su vaho y nos eleva al olimpo junto a los Dioses soñadores que se evaden a las estrellas que nos reciben con su luz y calor, alegría y misterio …
Como el buen vino eres Mujer que logras llevarme a paraísos que desconozco en tu lecho que nos brinda sin prisa ni pausa lo mejor de un beso a plena pasión y desenfado libertino y allí vamos en un solo abrazo en pos de momentos felices.