Las ventajas de beber Vino


Muchos médicos aconsejan a sus pacientes beber vino tinto cada día, porque hace bien a la salud. Por supuesto, se refieren a solamente una copa.

Muchas personas siguen ese consejo al pie de la letra, pero no siempre saben las verdaderas razones por las que el profesional les recomienda esa acción, simplemente la cumplen por quién lo dice.

El vino es saludable cuando se bebe en las cantidades apropiadas (que, según los expertos, es de una copa por día). Pero atención, porque se trata de beber cualquier vino: la variedad debe ser tinto.

Tampoco es cuestión de consumirlo en el momento que se quiera: tiene que ser durante la cena o el almuerzo.

Todo esto se concluyó luego de varios estudios en los que se concluía que una copa de vino tinto al día ayudaría a prevenir muchas enfermedades cardiovasculares, tanto en los hombres como en las mujeres.

Beber vino ayudaría a tratar dolencias y trastornos tales como la diabetes, la demencia o la osteoporosis.

Si bien el vino es una de las bebidas con alcohol más antiguas del mundo, no hace tanto tiempo que se han descubierto estas ventajas.

Antes se bebía únicamente para divertirse, relajarse, acompañar banquetes o disfrutar de un brebaje diferente.

Reduce el riesgo de fallecimiento

En Europa, las investigaciones afirman que el consumo de entre 22 y 32 gramos de alcohol por día tiene un efecto “protector” de la salud, evitando la mortalidad por muchas causas.

En Dinamarca, Francia e Inglaterra se dice también que beber vino de manera moderada es mejor que la cerveza u otras bebidas alcohólicas.

Disminuye el efecto del cigarrillo

El vino serviría para regular los daños que genera el tabaco en los vasos sanguíneos, ya sea para relajarse.

Sobre todo, tiene efectos positivos en el endotelio, una capa de células que reducen la fricción entre los vasos linfáticos y sanguíneos, y en el corazón.

¡Que sea sangre es te cuida! ¿Una copita?  

La sensibilidad hace la diferencia: Beber, degustar y catar


¿Por qué es bueno saber la diferencia?

No es muy complicado aprender a catar un vino, es mucho más sencillo de lo que parece. Pero debemos saber cuál es la diferencia entre el simple acto de beber y el hecho de catar un producto. Por eso, en esta nota, le damos las principales claves.

Es muy lindo saber cuál vino nos gusta más que otro, y no depender de nadie ni de ninguna recomendación al momento de tener que elegir uno. Además, sabemos ya perfectamente que los gustos son muy particulares y subjetivos, variando de una persona a otra, y hasta de un momento al otro en una misma persona, ya sea en lo hedónico como en lo analítico, porque no todos los individuos poseen la misma sensibilidad ante los estímulos.

Pero no debemos confundir entre beber y catar. Si bien entre ambos hay unas pequeñas diferencias, son en realidad los grandes conceptos a tener en cuenta que marcan la brecha que divide un verdadero análisis personal del vino, con un acto cotidiano y autómata. Y es sólo cuestión de tiempo y práctica para que catar se transforme en algo natural y no esforzado, llegando a niveles de detalle cada vez más profundos.

Factores a tener en cuenta

Entonces pasemos ahora a describir a qué factores necesitamos prestarles atención. Para beber un vino o lo que fuese, uno puede servirse en un recipiente, llevarlo a la boca, tragarlo, y «santas pascuas», a otra cosa. O no. Y aquí empieza el asunto. Supongamos que vamos a catar un vino tinto. Lo primero que tenemos que saber, es que debe servirse en torno a los 17 o 18 grados. Seguramente lo vamos a sentir freso en nuestra boca, ya que nuestro cuerpo funciona al doble de esa temperatura.

Lo segundo es la copa: no debe estar sucia o poseer restos de otras bebidas, ni tampoco tener olores extraños que se confundan con el vino. Y un detalle importante, es que justamente, debe ser una copa, ya que allí se puede hacer un análisis mucho más puntual que en un vaso o en otro objeto. Para este fin, los clásicos copones de vino que hay en la mayoría de las casas cumplen una función perfecta, no necesitándose nada más al respecto.

La botella se descorcha en el momento, y el vino debe ir derecho de la botella a la copa, sin pasar por un decantador ni ninguno de esos inventos circenses. Servido con cuidado hasta el Ecuador de la copa, y con los clásicos movimientos circulares y el correr de los minutos, el vino irá entregando todo lo que posee, capa tras capa de aromas y sabores. Aquí es vital saber que la copa debe ser agarrada por el tallo, para no calentar el vino con la temperatura de nuestra mano.

En el caso de las mujeres, es importante no utilizar lápiz labial, para no modificar el gusto del vino, y cuanto menos perfumes haya en el ambiente dando vueltas, mejor. Y este es un punto relevante: el lugar donde se realice la cata debe ser cómodo, estar a una temperatura adecuada e iluminado correctamente, ya que tanto la incomodidad como el frío, el calor o la ausencia de luz, van a deformar la experiencia.

El estado de ánimo

Debemos prestar especial atención a nuestro estado de ánimo. Si estamos cansados, de mal humor, preocupados, o con más ganas de irnos que de quedarnos, hay altas chances que el vino no nos guste. También, se debe evitar fumar, tomar café o ingerir alimentos grasos y picantes por lo menos una hora antes. De todos los factores anteriores, el tabaco es sin dudas el que más opaca o deforma las cualidades del vino.

Si se van a catar más de un vino, es altamente recomendable beber un sorbo de agua sin gas entre uno y otro, para así «limpiar» la boca de los restos del vino anterior. También se pueden comer galletas neutras, pero esto no es algo que se encuentre muy a menudo en todas las casas de familia. Y siguiendo con el caso de que se trate de más de un vino, considerando que estamos haciendo algo de lo cual disfrutamos, obviamente el vino no se debe escupir. De hecho el vino nunca se debería escupir, ya que nunca está tan cerca del bulbo olfativo como en su paso por la garganta. Pero es cierto que aquellos que se dedican a catar muchas muestras por día, si no lo escupiesen terminarían ebrios.

Y hablando de todo un poco… eso de catar decenas de muestras por día y ponerle un puntaje de 0 a 100 a los vinos…válgame Dios. Pero en fin, nosotros se supone que lo vamos a hacer para nuestro placer y para aprender a apreciar que todos los vinos son diferentes, que el vino no huele sólo a vino, y que nos vamos a ir dando cuenta, poquito a poco, de todas las sensaciones y placeres que se hallan dentro de una botella, esperando a ser disfrutados.

Por todo esto ¡Qué sea sangre!   

Las Catas a ciegas según Horacio Graffigna


La cata es el examen sensorial que el catador realiza al vino con el objetivo de conocer las características organolépticas. Decimos análisis sensorial porque en la cata intervienen cuatro de los cinco sentidos que posee el ser humano. La cata de vinos consta por tanto de tres fases: la visual, la olfativa y la gustativa. Esta última se divide a su vez en entrada, evolución y final de boca.

Sabiendo esto le preguntamos al reconocido enólogo sobre su experiencia y nos contó lo siguiente.

 ¿Cómo fue tú experiencia en las catas a ciegas? 

La experiencia es muy buena y he tenido la suerte de realizarla tanto con vinos como con aceite de olivas, el ambiente lo es todo. A mi parecer tiene que haber mucho silencio o musica relajante y no más de diez personas. Eso sería lo ideal para los sentidos.

¿Qué es una cata?

Es definido como el evento organizado para tal fin. En las catas los vinos se suelen agrupar en ‘tandas’ para realizar su cata, y aquellos que participan en ella pueden escribir comentarios, impresiones o testimonios sobre cada vino que prueban o examinan mediante las denominadas ‘notas de cata’. La cata de vinos implica siempre comparación y valoración, por muy subjetiva que ésta sea.

¿Cuánto cuesta realizar una cata en tu bodega?

El costo incluyendo la comida y vinos reserva tiene un valor de mil quinientos pesos. Se puede realizar por Instagram con una buena introducción al maridaje.

¿Cuáles son los tipos de catas más habituales?

Las catas de vino pueden ser de cuatro tipos bien diferenciados: cata técnica, cata comercial, cata maridaje y cata privada.

Por la manera de realizarse, se pueden dividir en cata a botella descubierta, cata a ciegas y cata doble ciega.        

¿Para qué sirve realizar este tipo de eventos?

Tiene como objetivo principal que la marca o la bodega no influyan en la valoración del vino. Es decir, la cata ciega sirve, además de para juzgar los vinos sin preconceptos o prejuicios, como test para medir la experiencia de un catador, sea profesional o aficionado.

La Nueva Ola, “ Vinos de Autor”


La Nueva Ola, “ Vinos de Autor”

Para comprender mejor lo que significan, nos remitiremos al diccionario para comprobar que según el mismo, el término “autor” viene del latín, auctor-oris y significa creador, fundador. El autor es la persona que crea una obra o ha inventado algo.

Que sea Sangre Reserva Malbec
Vino tinto Que sea Sangre Reserva Malbec

Desde hace tiempo conocemos el concepto “de autor”  aplicado al arte en distintas acepciones. Hablamos de cine “de autor” o  la novela “de autor” o la cocina “de autor”, como obras personales para una audiencia muy reducida, con estilo único, rompedor y libre.

El vino “de autor” con nombre y apellido es elaborado por un enólogo que firma con el puño y letra cada una de sus creaciones.

Podríamos decir que el vino de autor es aquel que está elaborado por uno o varios enólogos, en el que se intenta hacer algo diferenciador con relación a otros vinos, plasmando una idea y dándole una identidad propia mediante su innovación y esencia

Por lo tanto, el vino de autor parte de la libertad creativa, de la imaginación y la inexistencia de barreras y normaspara diseñarlo.

Que sea Sangre Bonarda
Vino tinto Que Sea Sangre – Bonarda

Llegamos a un momento en que cada bodega o enólogo desea demostrar su máxima capacidad a la hora de hacer buenos vinos, por ello prescinde de las órdenes típicas del Consejo Regulador a la hora de criarlo y lo crea a su gusto, algo personal, con un sentimiento emotivo y que caracteriza la bodega.

Se saltan las normas porque el objetivo no es hacer un vino más, sino un vino irrepetible cada vez.

En definitiva, se trata de elaborar un vino con el corazón. Ese será su sello de identidad.

En los vinos de autor, cada elaborador elige sus mejores viñedos, los mejores situados en cuanto a suelo, clima, orientación, etc.

En nuestra bodega el corazón lo es todo por ello te presentamos nuestra pasión en “Que sea Sangre”

La historia en una copa de vino


Antiguamente, las bodegas eran espacios integrados a la casa, una galería sombría o un galpón de adobe en el fondo de la propiedad. Su usaban lagares, donde se pisaba la uva “a pata”, luego la volcaban en tinajas de barro y fermentaba. Se envolvía en totora húmeda y se llevaba en carretas a lugares distantes.

El ferrocarril trajo inmigrantes italianos, ladrillos, técnicas de construcción y de riego artificial. Entre 1950 –  1980 tanto la arquitectura como el nivel del vino decayeron. No hubo más edificios de ladrillos, y la producción se volvió a tinglados de deslucidos y edificios emparchados. No fue sino hasta fines de los 80 cuando todo volvió a cambiar y lentamente comenzó una nueva etapa en el vino argentino con grandes inversiones nacionales y el acento puesto en la calidad.

Museo del vino de La Rural

La idea de abrir un museo en la Bodega La Rural se le ocurrió a Francisco Rutini, hijo mayor de Don Felipe, quien emigró de Italia y fundó su bodega en 1885. Está en la finca frente a la casa familiar y con los años se ha ido convirtiendo en el más importante de Sudamérica. En él se exhiben más de 4.500 piezas: antiguos lagares, carruajes, herramientas de tonelero, máquinas, prensas, libros y catálogos enológicos y vasijas de barro cocido de la época de la colonia.

Mendoza, sus vides y sus vinos

Hay un libro que rescata datos y anécdotas familiares para reconstruir la historia vitivinícola de la provincia cuyana.

Dicen que los incas llegaron hasta el Valle de Huentata Mendoza, confín meridional de su imperio, ayudaron a Los huarpes, pueblo originario, a desarrollar un sistema de riego alimentado por el agua de los deshielos. “De no haber sido por esos canales, a su arribo en el siglo XVI los españoles habrían encontrado un paisaje mucho más árido y desértico.

La provincia de Mendoza, situada en el centro-oeste argentino, en plena diagonal árida sudamericana, recibe escasas precipitaciones. Los ríos, de régimen glacio-nival, con precipitaciones en sus cuencas altas de entre 300 y 800 mm -de norte a sur y concentradas en invierno- son generadas por masas de aire provenientes del Pacífico. En el llano y en el antiguo macizo precordillerano, la influencia atlántica se hace sentir, particularmente en verano, con lluvias que no superan los 200 mm, irregulares, que se presentan en forma de tormentas severas o muy severas, acompañadas frecuentemente con granizo. Los asentamientos humanos se desarrollan en oasis irrigados con las aguas de sus ríos andinos y también aprovechando acuíferos subterráneos. Los dos grandes oasis, el Norte (ríos Mendoza y Tunuyán) y el Sur (ríos Diamante y Atuel) ocupan actualmente alrededor de 450.000 ha, es decir un 3 por ciento de la superficie provincial (150.800 km2).

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